Esas son mis condiciones




 He visto cómo me miras;
entre líneas, desnudando mi
soledad hasta dejarme
con la duda de si soy luz o sombra;
desamparo o compañía,
reverso o anverso,
ruego o exigencia.

Y ahora ya no me salen los
versos torcidos como antes
de tu escrutinio, ni me vale
hacer trampas con las palabras.

Ahora soy todo obediencia
a la fe ciega de tu existencia
superior a la mía, la razón pura
que excusa la inocencia usada
y ser parte de todos tus arrebatos
de amante caprichosa.

Pero pregúntate antes del sí quiero,
si te merece la pena ser la parte irresistible
de mi demencia, si has comprendido
que lo nuestro pueda ser para siempre,
como un manantial inagotable
si la ilusión persiste, y no un diván
donde acompañarnos en memorias
inventadas, o esperando tiempos
mejores que ya no vendrán. Porque
una vez que me desnude y te desnudes,
y hagamos el amor, no habrá marcha atrás,
ni el comodín de “prueba, si me sale me
                                     la quedo”. Una vez que se encienda nuestro
fuego será para quemarnos en él, hasta ser
solo cenizas que barra el viento, más cenizas
de amor. Esas son mis condiciones.

© Ventura Panisse

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